ADAPTACIÓN DE RECURSOS EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Dada la situación actual en la que nos encontramos, inmersos en la segunda ola de la Covid-19, queremos compartir nuestra experiencia en el momento actual y desde que se desencadenó esta pandemia mundial.
Era algo que se esperaba que sucediera pero no, quizás, tan rápido. Y es que el Estado de Alarma se decretó de un momento a otro y, evidentemente, no nos encontrábamos preparados para vivir esa situación. Vivíamos en una continua incertidumbre, y sin saber muy bien qué paso dar, no contábamos con los recursos suficientes en cuanto a medios de protección ya que los primeros Equipos de Protección Individual (EPIs) llegaron varias semanas después y tuvimos que adaptarnos a esa nueva situación con los recursos mínimos, así que el miedo y la tensión eran muy palpables y evidentes. Nuestra mayor preocupación era poner a salvo la Comunidad Terapéutica para protegernos todos, por lo que en una etapa inicial decidimos tomar medidas de seguridad dejándonos guiar por el sentido común como suspender salidas terapéuticas de usuarios e interrumpir cualquier visita o entrada al centro de familiares y personas ajenas a este. Extremamos las medidas de higiene como la ventilación en las dependencias del centro, habilitamos dispensadores de gel desinfectante para manos, aumentamos la frecuencia en la limpieza del centro, extremamos la higiene de manos con los usuarios, implantamos el uso de mascarillas. Además, tanto las psicoterapias como los grupos de autoayuda se hacían al aire libre con grupos muy reducidos de tres personas máximo (se hicieron más grupos de menos tiempo de duración) y mantuvimos en todo momento la distancia de seguridad.
Con respecto a los usuarios, todos los miembros del equipo hemos intentado que no notasen y no sufrieran demasiado el confinamiento. Para ello flexibilizamos el programa, fuimos más permisivos con las medidas y nos fuimos amoldando a sus necesidades según iba pasando el tiempo. Al principio reforzamos la motivación y permanencia en la Comunidad y ellos por su parte siguieron con la dinámica del programa terapéutico respetando horarios y normas, aunque se modificaron algunos huecos que quedaban libres como el tiempo de ocio en el exterior y la salida al polideportivo. En su lugar desarrollamos actividades y talleres más dinámicos como el taller de relajación y de risoterapia dónde de una forma lúdica y alegre se les permitió liberar tensiones internas y conseguir la renovación personal. También vimos la necesidad de ampliar los horarios de llamadas y hacer videollamadas con los/as familiares, adaptándonos a las nuevas corrientes de comunicación y para que tanto familiares como usuarios tuviesen la tranquilidad que necesitaban y seguir motivados a continuar con el programa terapéutico.
Por otro lado, a demanda de los usuarios, se decidió no sobre informar acerca de la situación que se estaba viviendo en el exterior ya que demasiada información les producía más ansiedad, estrés e intranquilidad. Por lo que se acordó que únicamente en el almuerzo se pondrían las noticias, por lo que en el resto de comidas (desayuno y cena) se pondría otro canal donde no hubiese noticias y de temática distinta (deporte, entretenimiento y naturaleza, entre otros). Los grupos de autoayuda se enfocaron a trabajar aspectos relacionados con la nueva situación como la paciencia, constancia, positividad y motivación, entre otros. Además de las psicoterapias individuales y grupales que habitualmente se suelen hacer, se reforzó la atención psicológica y se le ofreció terapia a demanda, según necesidad del usuario.
Finalmente esta ha sido la adaptación de ARPOM a la situación de pandemia y al confinamiento en Comunidad, que nos vemos obligados nuevamente a reproducir dada la situación actual en la que nos encontramos.